miércoles, 11 de febrero de 2015

EL ATOMO, TEORIA ATOMICA

Teoría atómica de la materia

Viendo alrededor, la gama de colores, texturas y todas las características de la materia que lo  rodean: los 
colores de un paisaje, el brillo de una fotografía, la textura de las telas, la solubilidad del azúcar en una taza 
de café, la transparencia del vidrio, Los materiales de nuestro mundo tienen una variedad aparentemente 
infinita, que inspira poemas, pinturas hermosas, símbolos patrios, emblemas de honor, hasta liturgias de 
profundo significado; los materiales de nuestro mundo exhiben una variedad sorprendente.
Las propiedades se clasifican de diferente forma, pero ¿cómo las comprendemos y las ex plicamos? ¿Qué 
hace que los diamantes sean duros, mientras que la sal de mesa es quebradiza y se disuelve en agua? ¿Por 
qué el papel se quema y el agua apaga el fuego? La estructura y el comportamiento de los átomos es la clave 
para entender las propiedades físicas y químicas de la materia.
Es  alucinante  que  la  diversidad  de  las  propiedades  que  se  ven  a  nuestro  alrededor  proviene  de 
aproximadamente 100 elementos diferentes, y por tanto de alrededor de 100 tipos de átomos químicamente 

distintos. 

En  esta  unidad  se  comenzará  a  explorar  el  fascinante  mundo  de  los  átomos,  que  solo  se  ha  podido 
comprender claramente a través de diferentes métodos experimentales. Se analizará la estructura básica del 
átomo, su descripción y análisis, para comprenderlo y así lograr adentrarse en el fascinante mundo de la 

química.
1.  El átomo y las partículas subatómicas fundamentales

La historia del átomo precede a los tiempos en que caminó Jesucristo en la tierra; Demócrito (460–370 a.C.) 
y otros filósofos griegos pensaban que el mundo material estaba formado de partículas indivisibles a las que 
llamaron “átomos”, que significa “indivisible o infragmentable”. Más tarde Platón y Aristóteles propusieron 
la idea de que no podía haber partículas indivisibles. La perspectiva “atómica” de  la materia se desvaneció 
por muchos siglos, durante los cuales la filosofía aristotélica dominó la cultura occidental.
La idea del átomo resurgió en Europa durante el siglo XVII, cuando los científicos de la época intentaron 
explicar las propiedades de los gases. Isaac Newton (1642-1727), el más famoso de la época, se declaró a 
favor de la idea del átomo. A medida que los químicos aprendían a medir las cantidades de elementos que 
reaccionan entre sí para formar nuevas sustancias, se establecían los cimientos para una teoría atómica. John 
Dalton, durante el período de 1803 a 1807, hizo resurgir esa teoría en base a sus trabajos. Los postulados 

que incluía la teoría atómica de Dalton fueron:

a.  Cada elemento está formado por partículas extremadamente pequeñas llamadas átomos.
b.  Todos los átomos de un mismo elemento dado son idénticos entre sí, en masa y otras propiedades, 
pero los átomos de un elemento son diferentes a los átomos de otro elemento.
c.  Los átomos de un elemento dado no pueden transformarse en átomos de otro elemento mediante 
reacciones químicas; los átomos no se crean ni se destruyen en reacciones químicas.
d.  Los compuestos se forman cuando los átomos de más de un elemento se combinan; un compuesto 
dado siempre tiene el mismo número relativo y tipo de átomos.
Para que una teoría tenga éxito, no solo debe explicar las observaciones conocidas, sino también predecir 
correctamente el resultado de eventos y experimentos aún no conocidos. 
La teoría de Dalton explica varias leyes sencillas sobre combinación química que se formularon en esa época, 
como la “ley de composición constante”  yla “ley de conservación de la masa”,  y que aún hoy siguen siendo 
leyes comprobadas del funcionamiento de las reacciones químicas.
Ni Dalton ni los científicos de su época contaron con evidencias directas de la existencia de los átomos. En la 
actualidad podemos utilizar poderosos instrumentos para determinar propiedades de átomos individuales e 
incluso obtener imágenes de ellos. Más aún, ahora sabemos que los átomos se componen de  partículas 
subatómicas aún más pequeñas.
En un artículo científico publicado en 1897, de J.J. Thomson, resumió sus observaciones experimentales de 
los rayos catódicos, y concluyó que estos son un haz de partículas con carga negativa. El artículo de Thomson 
se acepta en general como el “descubrimiento” de lo que después se conoció como el electrón. Además sus 
mediciones dieron a conocer la relación carga-masa del electrón, resultando un valor de 1.76 X 10
8  coulombs por gramos.

En 1909, Robert Millikan (1868 – 1953), logró medir la carga de un electrón, por medio de un experimento a 
partir de unas gotas de aceite que habían capturado electrones adicionales, hizo mediciones de voltaje con 
respecto a la velocidad de caída de las gotitas de aceite entre dos placas. Su experimento mostró que las 
cargas eran siempre múltiplos enteros de 1.602 X 10
-19
C, lo cual dedujo era la carga de un solo electrón.
Utilizando el valor experimental de la carga del electrón, y su relación carga-masa de Thomson se determina 
que  la  masa  del  electrón  conduce  a  un  resultado  de  9.10  X  10
-28
g.  Este  resultado  coincide  con  el  valor 
actualmente aceptado para la masa del electrón, 9.109382 X 10
-28
g. Esta masa es aproximadamente 2000 
veces más pequeña que la del hidrógeno, el átomo más ligero.
Reflexionando las consecuencias de los experimentos de Thomson con rayos catódicos, como la materia en 
su conjunto es eléctricamente neutra, el hecho de que los átomos de un electrodo puedan generar partículas 
cargadas negativamente (electrones) debe significar que esos mismos átomos contienen partículas cargadas 
positivamente.  La  búsqueda  de  esas  partículas  llevó  a  Ernest  Rutherford  (1871  –  1937)  a  realizar  un 
experimento crucial, cuyos resultados fueron publicados en 1911.
El trabajo de Rutherford implicó un rayo de  partículas alfa,  un tipo de emisión descubierta de elementos 
radiactivos. Cuando Rutherford dirigió un rayo de partículas alfa a una delgada lámina de oro, vio que casi 
todas  las  partículas  pasaban  de  la  lámina  sin  sufrir  ninguna  desviación.  Sin  embargo,  un  número  muy 
pequeño de ellas (alrededor de 1 de cada 20,000) se desviaban con cierto ángulo, mientras que algunas 
rebotaban  hacia  la  fuente  de  las  partículas.  Un  acercamiento  muestra  que  la  mayor  parte  de  un  átomo 
consiste en espacio vacío, en tanto que solo las partículas alfa que golpean un núcleo son desviadas.
Rutherford  explicó  sus  resultados  con  la  propuesta  de  que  un  átomo  de  metal  debe  consistir,
casi  por completo, en espacio vacío, y su masa debe estar concentrada en una parte central muy pequeña, a la que llamó núcleo. Si el núcleo contiene las cargas positivas del átomo y la mayor parte de su masa, mientras los electrones  están  relativamente  a  una  distancia  grande  de  aquél,  entonces  quedaba  claro  por  qué  se observaba la dispersión resultante: la mayoría de las partículas alfa encontraba espacio vacío al llegar a la lámina. Sólo cuando una partícula alfa positiva pasaba cerca de un núcleo positivo, pequeño pero ma sivo,  era repelida con fuerza suficiente para hacerla rebotar.  
Las mediciones modernas demuestran que un átomo tiene un diámetro  aproximado de  10
-10
m y que el 
núcleo es de cerca de 10
-15
m. No obstante, a partir de estos números, es difícil imaginar lo pequeño que en 
realidad es un núcleo, para fines de comparación, piense que si un átomo fuera del tamaño de un estadio 

techado, el núcleo tendría el tamaño aproximado de un guisante situado en el centro de la cancha.

Experimentos adicionales de Rutherford y otros en el período que va de 1910 a 1930 demostraron que el 
núcleo está compuesto de dos clases de partículas, llamadas protones y neutrones. Los protones tienen una 
masa de 1.672622 X 10
-24
g (alrededor de 1836 veces más grande que la del electrón) y carga positiva. Como 
la carga de un protón es de signo contrario, pero de igual magnitud que la de un electrón, los números de 
protones y electrones de un átomo neutro son iguales. Los neutrones (1.674927 X 10
-24
g) son casi idénticos 
a los protones en cuanto a su masa, aunque no tienen carga, y el número de neutrones en un núcleo no se 
relaciona de manera directa con el de protones y electrones. En la tabla 1 se hace  una comparación de las 

tres partículas subatómicas fundamentales, en tanto que brinda un panorama proximal del átomo.

Partícula  Masa  Carga
gramos  uma*  Coulombs  e
Electrón  9.109382 X 10
-28
5.485799 X 10
-4
- 1.602176 X 10
-19
- 1 
Protón  1.672622 X 10
-24 
1.007276  + 1.602176 X 10
-19
+ 1
Neutrón  1.674927 X 10
-24 
1.008665  0  0
Tabla 1. Comparación de las partículas subatómicas

*La unidad de masa atómica (uma) se definirá más adelante.
Partícula  Masa  Carga
gramos  uma*  Coulombs  e
Electrón  9.109382 X 10
-28
5.485799 X 10
-4
- 1.602176 X 10
-19
- 1 
Protón  1.672622 X 10
-24 
1.007276  + 1.602176 X 10
-19
+ 1
Neutrón  1.674927 X 10
-24 
1.008665  0  0
Tabla 1. Comparación de las partículas subatómicas

*La unidad de masa atómica (uma) se definirá más adelante.
2.  Número atómico y másico
El descubrimiento de las subpartículas  fundamentales del átomo dio pie a una caracterización atómica. Lo 
que hace que un átomo de un elemento sea diferente de un átomo de otro elemento es que los átomos de 
cada elemento tienen un número característico de protones. Definiendo dos términos útiles  para caracterizar 
un átomo.
  El número atómico “Z”, se concibió como el número de protones que posee un átomo determinado
  El número másico “A” es el número total de protones y neutrones.
En  base  a  las  definiciones  anteriores  se  pueden  hacer  las 
consideraciones siguientes: el número total de electrones en un 
átomo es igual a Z porque el átomo es eléctricamente neutro,  el 
número de neutrones es A  –  Z. Un electrón posee una unidad 
atómica  de  carga  negativa,  y  un  protón  posee  una  unidad 
atómica  de  carga  positiva,  y  un  neutrón  es  eléctricamente 
neutro.
La  forma  de  escribir  el  número  atómico  para  un  elemento 
químico es colocándolo como un subíndice a la izquierda del 
símbolo del elemento correspondiente, y el número másico se 
coloca  como  un  superíndice  a  la  izquierda  del  símbolo  del 
elemento. 
Como  todos  los  átomos  de  un  elemento  determinado  tienen  el  mismo  número  atómico,  el  subíndice  es 
redundante  y  con  frecuencia  se  omite.  Así  el  símbolo  del  carbono-12  puede  representarse  simplemente 
como 
12
C. 
Número másico
Número Atómico
𝑁𝑒
10
22
Figura 2. Escritura del número atómico “Z” 
y número másico para “A” para el Neón.  
10
3.  Isótopos
Los átomos de un elemento determinado pueden diferir en el número de neutrones que contienen, y como 
consecuencia, en su masa. Por ejemplo, la mayoría de los átomos de carbono tienen seis neutrones, aunque 
algunos tienen más y otros menos.
Esos átomos con números atómicos idénticos, pero con números de masa diferentes (es decir igual número 
de protones, pero diferente número  de neutrones) se conocen como isótopos,  y que significa en el mismo 
sitio,  haciendo  referencia  a  su  ubicación  en  la  tabla  periódica.  En  general,  se  utiliza  la  notación  con 
superíndices solo al hacer referencia a un isótopo particular de un elemento.
La mayoría de los elementos químicos tienen más de un isótopo. Solamente 21 elementos (por ejemplo el 
berilio o sodio) poseen un solo isótopo natural. En contraste, el estaño es el elemento con más isótopos 
estables, 10.
Además, hay isótopos estables (existen menos de 300) y no estables o isótopos radiactivos (existen alrededor 
de 1200). El concepto de estabilidad no es algo fijo, ya que existen isótopos  semiestables,  Y se debe a que 
aunque son radiactivos, poseen períodos de semidesintegración extremadamente largos comparados con la 
edad de la tierra.
Si la relación entre el número de protones y neutrones no es la apropiada para obtener la estabilidad nuclear, 
el isótopo es radiactivo.
3.1  Otra clasificación de los isótopos 
4.1.1 Isótopos naturales
Son los que se  encuentran en la naturaleza. Por ejemplo el carbono-14 es un núcleo radiactivo del medio 
ambiente,  y  se  utiliza  para  estimar  fechas  en  organismos  que  vivieron  hace  muchos  años,  organismos 
fosilizados; ya que el carbono-14 posee un tiempo de vida media de 5760 años. La técnica se fundamenta en 
que  la  cantidad  de 
14
C  que  posee  un  organismo  en  vida  es  constante,  ese  nivel  se  mantiene  así  por  las 
diferentes  formas  en  que  un  organismo  intercambia  carbono  con  el  medio  ambiente,  por  ejemplo  la 
respiración  de  los  mamíferos  y la  ingesta  de  alimentos;  en  el  momento  en  que  un  orga nismo  muere,  el 
carbono-14 ya no se intercambia con el medio, y su cantidad disminuye debido a reacciones nucleares; con 
la ecuación correcta, y por la determinación de cantidad de carbono-14 se pueden datar edades que para los 
humanos son de difícil comprensión, puesto que nos cuesta adaptarnos a la impresión de esa cantidad de 
años, al tener la imposibilidad de un marco de referencia personal de ese tipo.
4.1.2  Isótopos artificiales
Son  los  que  se  producen  en  laboratorios  por  medio  de  bombardeos  de  partículas  subatómicas  o  en  las 
centrales nucleares. Tienden a tener una vida muy corta, debido a su inestabilidad y radiactividad que lo 
presentan. Uno de ellos es el Cesio, cuyos isótopos artificiales se utilizan en plantas nucleares de generación 
eléctrica.
El hidrógeno tiene tres isótopos naturales, el protio 
1
H, el deuterio 
2
H y el tritio 
3
H, se han logrado sintetizar 
en el laboratorio otros radioisótopos, es decir que son radiactivos e inestables, por lo que su vida es corta, y 
que van desde el 
4
H al 
7
H. El hidrógeno es el único que tiene nombres diferentes para sus isótopos de uso 

corriente. El agua que conocemos como H2O es en general “óxido de protio”, puesto que es el isótopo natural

más  abundante  del  hidrógeno,  más  del  99.98%.  Se  denomina  agua  pesada  al  "óxido  de  deuterio",  una 
molécula  con composición química equivalente al agua, en la que los dos átomos de protio son sustituidos 
por dos de deuterio, de forma similar el agua  semipesada  está formada por un átomo de protio y uno de 
deuterio; existe también el agua tritiada, contiene tritio en lugar de protio y deuterio, es la forma radiactiva 

del agua.
4.  Radiación electromagnética
La  comprensión  de  las  estructuras  electrónicas  de  los  átomos  será  más  fácil  si  se  estudia  primero  la 
interacción de la radiación electromagnética con la materia.
La  radiación  electromagnética  es  una  forma  de  transmisión  de 
energía en la que los campos eléctricos y magnéticos se propagan  como 
ondas a través del espacio vacío (el vacío) o a través de un medio  como 
el vidrio. Una  onda  es una perturbación que transmite energía a 
través del espacio o un medio material. 
Un campo eléctrico es la región alrededor de una partícula cargada 
eléctricamente.  Se  puede  detectar  la  presencia  de  un  campo 
eléctrico  midiendo  la  fuerza  ejercida  sobre  un  objeto  cargado 
eléctricamente  que  se  encuentre  dentro  del  campo.  Un  campo 
magnético  se  encuentra  a  los  alrededores  de  un  imán,  existen 
diferencias que entre el campo eléctrico y el magnético que no se 
discutirán en este material. De acuerdo con la teoría propuesta de  James 
Clerk  Maxwell  (1831  –  1879)  en  1865,  la  radiación 
electromagnética,  una  propagación  de  campo  eléctrico  y 
magnético,  se  produce  por  una  aceleración  de  una  partícula 
cargada eléctricamente. Las ondas de radio por ejemplo, son una 
forma de radiación electromagnética producida por oscilaciones, 
fluctuaciones  de  la  corriente  eléctrica  en  un  circuito  eléctrico 
especialmente diseñado.
Figura 4. El movimiento ondulatorio más 
sencillo:  una  onda  a  través  de  una 
cuerda 
12
Imagine que ata el extremo de una cuerda larga a un clavo en la pared, y sujeta el otro extremo con la mano 
(figura 4). Además, que ha coloreado un pequeño segmento de la cuerda con tinta  roja. Al mover la mano de 
arriba abajo se produce un movimiento de onda en la cuerda. La onda viaja a lo largo de la cuerda, pero el 
segmento coloreado solo se mueve de arriba abajo. La onda contiene crestas y valles, o puntos bajos donde 
la cuerda está a  la mayor distancia por encima de la línea central. La altura máxima de la onda se denomina 
amplitud, y la distancia entre el máximo de dos crestas sucesivas o valles se denomina longitud de onda, y se 
designa con la letra 𝜆. Se denomina frecuencia al número de crestas o valles que pasan por un punto dado 
por unidad de tiempo, y se simboliza por la letra griega nu “𝜈”.
Una característica de la radiación electromagnética es su velocidad constante, en el vacío, 2.99792458 X 10
8
ms
-1
,  que  se  denomina  velocidad  de  la  luz,  y  se  representa  por  “c”.  La  relación  entre  esta  velocidad,  la frecuencia y la longitud de onda de la radiación electromagnética es: 𝑐 = 𝜈 × 𝜆.
El  intervalo  amplio  de  longitudes  de  onda  y  frecuencias  genera  un  espectro  de  las  radiaciones 
electromagnéticas (figura 5), este hecho ilustra que la longitud de onda de la radiación electromagnética es 

más corta para frecuencia alta y más larga para frecuencia baja.